No hay, probablemente, otro edificio con tanta presión de visitantes en todo el Campus de la Justicia que el del Registro Civil. El enorme flujo de usuarios al edificio casi hace más fácil entenderlo como una continuación del paseo público del Campus. Es difícil poder entender el Registro Civil como un edificio de oficinas ordinario cuando, al contrario que los otros situados en el Campus, la mayor parte de su superficie es de acceso público. Decidimos que el archivo del Registro, por su importancia y tamaño, pase a ser el elemento estructurador y servidor del resto del espacio, en lugar de un mero sótano. Las circulaciones pasan a ser más claras y eficientes si el acceso público se produce más cercano al centro de gravedad. El típico edificio de oficinas, con sus forjados repetidos y tabiques es un acertijo para el gran número de visitantes que requieren de su uso. Sin embargo, el archivo, manipulado y elevado, puede servir como un gran suelo estructural a la escala del espacio público del Campus, simplificando la estructura del edificio. La superficie de fachada del edificio pasa a ser aproximadamente un tercio menor de los previsto, lo que conlleva un ahorro en construcción y en consumo energético. El edificio cierra y acondiciona una parte del parque: es casi como si los ciudadanos pudieran hacer sus papeleos en el parque del Retiro. El cerramiento se produce por una doble capa de cojines ETFE, con una cámara de intercambio de calor en su interior y dispositivos de control solar programables. La continuación del parque y del espacio público del Campus en el interior del edificio crea un jardín de invierno ideal para la celebración de las bodas. Éstas tendrán un entusiasta público accidental mientras esperan a resolver sus cuestiones propias